martes

Manifiesto por la Muerte de Alejandra


El arcoíris que nos acompañó el día del entierro de mi hija Alejandra, lo vemos hoy como  un portal  de  colores que nos pedía dar luz a la oscuridad. Poco a poco esa luz ha ido entrando y abriendo el camino a una historia de horror, de falta de ética, de máscara social, de doble moral, que configuraron una trama que terminó en el suicidio de Aleja,  atrapada en el silencio cómplice del poder.
Hoy hemos entregado a la justicia el caso documentado de los testimonios que dan cuenta del abuso sexual de que fue objeto Alejandra por parte de su padre  y del cerco de silencio de familiares y profesionales que se configuro para que no se supiera nada.
Esperamos que el caso no caiga en la oscuridad de los pasillos y archivos de la Fiscalía, esperamos que se haga Justicia y que las personas, (familiares, profesionales y “amigos” que estuvieron involucrados o enterados de esta triste historia) respondan a la justicia penal y disciplinaria, por qué hicieron, lo que hicieron;  y  por qué prefirieron el silencio cobarde y amañado, a la luz de la verdad que nos hubiera permitido a los que amábamos a Aleja ayudarla a superar el horror del abuso.
En estas semanas hemos vivido el drama que se configura alrededor del tema; hemos podido entender la soledad de las víctimas, que terminan siendo culpables por haber sido abusadas, hemos aprendido que el sistema entorpece la administración de la justicia, y hace que las personas desistan de hacer denuncias o procesos; nos damos cuenta de que el estigma y el silencio que rodean el tema del abuso sexual  generan, vergüenza, sufrimiento, impunidad (que propicia que se repita una y otra vez), imposibilidad de sanar el dolor y la rabia  y algunas veces, como en el caso de Aleja, destruyen las ganas de vivir.
El silencio mata… Hay que hablar!…hay que decir!…hay que organizar dispositivos para atención… No basta una unidad de delitos sexuales (aunque esta sea fundamental)… Además hay que preguntar desde donde estamos mirando el tema, CADA UNO, como parientes, como psiquiatras, como psicólogos, como educadores, como abogados, como sacerdotes, como amigos. Todas las personas con la que hablamos nos dicen que conocen casos… algunos han sido victimas también… ¿Y? ¿Qué hacemos???? Nada…casi nada, intentos individuales desesperados, asustados de que alguien se haga cargo. ¿¿¿Quién se hace cargo?????
Esta nota es un manifiesto de protesta familiar por la muerte de nuestra hermana e hija y  es también una invitación a unirnos para pensar, para trabajar, para llevar luz a tanta oscuridad y poner voz a ese silencio que mata…
“La verdad duele y a veces mata… pero la mentira siempre”
Susana Fergusson y Familia
Martin Espinosa Fergusson
Pablo Espinosa Fergusson
Marcos Espinosa Martínez

Ideas, aportes, reflexiones Contraelsilencio2012@yahoo.es

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