Hoy hace un año Aleja decidió, colgar sus sueños y dejar esa vida que la asfixiaba… Los aniversarios inevitablemente nos llevan a recordar, a bucear en los recuerdos a hacer balances.... Para los que nos quedamos en esta orilla frágil de la vida, es doloroso ver pasar retumbando bravío el río de la muerte, todo vacila a nuestros pies. Hago el camino del duelo...voy y vuelvo. Los primeros meses un remolino de horror, rabia, miedo, indignación.... Luego una profunda tristeza que aun hoy me acompaña, un dolor profundo....hondo...gris.... Estrecho.... La conciencia del vacío y de la importancia del presente...la culpa por haber no haber estado más atenta, menos ocupada...Por no haber compartido más. Poco a poco puedo retomar la imagen amorosa de la Aleja juguetona, de la Aleja sensible, de la hija rebelde y soñadora…de la guerrera.
Sus escritos me han conmovido profundamente...me ha dolido
en el alma no haber estado más cerca de ella en su dolor, en su búsqueda en su
confusión y batalla con esa sombra terrible que se alimento en la relación de
abuso y mentira en la que la enredaron su padre, amparado por el silencio
cobarde de familiares., amigos y psiquiatras. El acercamiento que tuve al tema
de abuso sexual me ayudo a entender cosas de su silencio, de su muralla…. Sé
que tengo una deuda con el tema del abuso y el silencio... Tengo una deuda con
Aleja, con la compañera Anónima y con otras mujeres y hombres que abrieron su
corazón y compartieron sus vivencias... Sus palabras me ayudaron a transitar
meses terribles y a entender algo de lo que Aleja pudo vivir y que seguramente
tuvo incidencia en su decisión de morir. Sigo tratando de entender…
La demanda
va en la Fiscalía….lenta como es la justicia…están armando el “Caso”….
En el tribunal
de Ética aun no pueden decir nada porque están “tomando testimonios….”
Comparto estas palabras porque escribir me ayuda a entender
y a conjurar la tristeza, pero también como testimonio de agradecimiento a mi familia, a mis hijos y a los amigos por
estar ahí y darme su afecto, su solidaridad, su compañía y sus palabras en estos meses y para
reiterar la voluntad de hacer cosas para romper
el silencio que como dice Mercedes Sosa “cobarde apaña la maldad, que
oprime”. Un abrazo
Susana
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