domingo

Se me acaban las fuerzas

Se me está espabilando el viento, y el agua se me esfuma entre las grietas,
los árboles de mis ojos se quedan sin hojas, sin ramas, sin pájaros,
las nubes se van por el horizonte, difusas, contaminadas, pesadas,
las letanías y la retórica de repente huelen como nunca antes, a basura.

Se me acaban las fuerzas para soportar los halagos, los anhelos, los buenos deseos,
la melancolía que otrora soportó la indolencia, ahora puede ser comprada por cualquiera en los almacenes,me injurian cada vez que me piden que soporte, me escupen cada vez que me regalan sonrisas dulzonas,la cortesía disfrazada de amor y la estupidez embutida entre un corpiño plástico, deambulan por las calles, hacen desfiles.

¿Cómo se atreven a decirme que todo está bien?, ¿cómo esperan que lo crea?
Acaso no miran al prójimo, acaso nunca se han tropezado con un espejo...
Nada está bien, sólo el espectáculo, el engranaje del entretenimiento, continúa como si todo estuviese bien.
Y yo sigo aquí, acomodándome a esta silla incómoda que es la realidad,tratando de ser poeta en un universo incompetente y binario, descifrable y codificado.

Y yo sigo aquí, más muerta que viva, más ausente que quienes se han ido, hueca, porosa, sin ninguna fortaleza.

Anónima

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